Tucho Méndez, su amor por Huracán y un paso fugaz por Tigre

Por Matías Carusso

Norberto Doroteo Méndez, más conocido como Tucho, fue un jugador que surgió de las divisiones inferiores de Huracán, donde se desempeñó en dos etapas (1941/47 y 1957/58). En 1955, pese a su merma futbolística propia de la edad, pasó a Tigre para jugar durante una temporada.

El “entreala derecho” oriundo de Parque Patricios comenzó a jugar en Huracán, donde desde joven pudo ver a sus ídolos futbolísticos, tales como Juan Estrada y Herminio Masantonio. Tiempo después compartió equipo con este último y un 13 de abril de 1941, por la tercera fecha del torneo argentino, Tucho debutó frente a Lanús.

Gambeteador, creativo, goleador y un gran estratega fueron algunas de las cualidades que demostró a lo largo de su carrera y lo llevó a consagrarse con la Selección nacional tras ganar en tres ocasiones la Copas Américas (1945, 1946 y 1947). “Fue la imagen del desenfado del potrero trasplantada al profesionalismo”, explicó Clarín en un homenaje luego de su muerte, en 1998.

Estuvo en el club que lo vio crecer hasta 1947 y luego pasó por Racing, donde obtuvo el tricampeonato en 1949/50/51. Hasta que en 1955 se fue para el norte de la provincia de Buenos Aires, donde jugó en Tigre junto a Miguel Ángel Rugilo, Carlos Lacasia y Llamil Simes. Allí jugó 47 partidos y marcó 7 goles, dejando su huella en el equipo de Victoria.

Sin embargo antes de retirarse, volvió en 1957 al club de sus amores, Huracán, para dar por finalizada su exitosa carrera. A pesar de su edad no perdió la categoría y compartió junto a Boreni, Romero, Bellomo y Marcarián la delantera del equipo de Parque Patricios. En 1958, habiendo disputado 216 partidos y marcado 68 goles con la remera del Globo, decidió ponerle punto final a su etapa como jugador.

Un exquisito jugador que será, a lo largo de la historia argentina, uno de los máximos exponentes del fútbol nacional por su calidad, brillantez y genialidad con la que deleitó a más de uno.