jueves, 8 de septiembre de 2011

El gol puede estar en el banco


Por Mauro Heredia

Ídolo indiscutido en Vélez, donde se consagró campeón en dos ocasiones y fue goleador, Rolando Zárate actualmente vive un presente duro, ya que luego de descender con Huracán a la B Nacional, pasó a jugar en Defensa y Justicia y el próximo sábado, cuando se enfrente a River, su ex club, buscará ingresar unos minutos y cumplir con la ley del ex.


El delantero surgió de las inferiores del club de Liniers, donde en 1998 fue ascendido a Primera gracias a Marcelo Bielsa.  No obstante, debido a la poca continuidad fue transferido al Terrassa de la segunda división de España.

A sus 21 años integró la filial del Real Madrid. La gran cantidad de goles(15) convertidos causó un gran impacto en el técnico Vicente del Bosque, quien dirigía al club merengue en ese momento, por lo que el Roly fue convocado para disputar varios partidos por Copa del Rey.

Sin embargo, cuando su carrera comenzaba a ascender, la negativa del conjunto español de no comprar su pase fue un cross a la mandíbula que lo noqueó.

Su rumbo derivó nuevamente a Vélez, quien lo cedió por diferentes clubes de Europa. Real Murcia, Ciudad de Murcia y Livingston fueron las instituciones por donde pasó Zárate hasta que nuevamente retornó al  Fortín.

Ya sin fuerzas, desganado por la mala racha que afrontaba, el centrodelantero no se dio por vencido y gracias a sus goles se ganó la titularidad y se convirtió en el goleador del Torneo Clausura 2004, con 13 anotaciones. Además, ese año fue raro para él, ya que fue transferido al All-Ittihad de Arabia Saudita para disputar tan sólo la final del campeonato saudí.

Ya en el Clausura 2005, pese a no haber sido el artillero del campeonato, se alzó con su segundo título en el club. 

Luego de abandonar nuevamente la institución y marcharse al Tigres de México, retornó a Argentina para jugar en River.

En su debut con la banda, mojó frente a Gimnasia de Jujuy, cuando ingresó en reemplazo de Marco Ruben.  Ese buen arranque no facilitó su titularidad, por lo que en el conjunto de Núñez dejó un total de siete partidos disputados y tan sólo un gol.

Su carrera luego continuó en el Barcelona de Ecuador pero la edad y los años como jugador le pasaron factura y tuvo que ser operado de la columna vertebral.

Frente a este desafío, el Roly no desistió y deseó continuar jugando al fútbol, a lo que más ama. Huracán fue el club que le brindó ese sueño y a pesar de haber hecho un gran torneo con 32 partidos jugados y convirtiendo seis goles, el Globo perdió la categoría y ese momento al delantero le dolió en el alma.

El próximo sábado Zárate visitará el Nuevo Gasómetro para enfrentar a River, aquel conjunto que lo contrató pero que no le dio el tiempo para que el devuelva el favor con sus goles. ¿Será la venganza del Roly?


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