Por Matías Orciuoli
Si bien la resonante derrota del seleccionado argentino frente a Colombia, por la segunda jornada de la Copa América de 1999 en Paraguay, revolvió uno de los recuerdos más oscuros del pueblo albiceleste (la histórica caída por 5 a o en el estadio Monumental) la gran anécdota de aquel encuentro fue la situación que sufrió Martín Palermo al fallar en tres oportunidades desde el punto penal.
La brillante actuación del, por ese entonces, delantero de Boca frente a Ecuador en el primer partido de la competencia quedó totalmente opacado por la enorme frustración que significó haber dejado escapar tres inmejorables ocasiones de cambiar la suerte de su equipo.
Cuando apenas transcurrían cinco minutos de juego, el goleador de flequillo amarillo tuvo su primera chance pero el travesaño le ahogó su tercer grito del torneo y, poco tiempo después los colombianos no fallaron: el ex defensor de San Lorenzo, Iván Córdoba, justamente por la vía del penal decretó el 1 a 0.
Ya en el último tramo del cotejo llegaron las grandes emociones y la primera de ellas fue gracias al segundo tanto del conjunto “cafetero” convertido por Edwin Congo. Luego de un nuevo golpe, Palermo volvió a depositar en sus pies la ilusión argentina, aunque el disparo se marchó por arriba del arco y, así, comenzó a sentenciar el resultado adverso.
Sin embargo, la derrota fue aún más abultada para sorpresa de los 18.000 espectadores que se encontraban en el estadio Feliciano Cáceres de Luque observando cómo Jhonnier Montaño decretaba el tercero y la goleada de Colombia.
Por tercera oportunidad en el partido el árbitro paraguayo Ubaldo Aquino asumió el protagonismo al sancionar el tercer penal a favor del seleccionado nacional y, para redondear su noche más negra, el quinto máximo artillero del fútbol argentino desperdició una nueva ocasión, esta vez en las manos del arquero Calero.
Aquel 4 de julio de 1999 marcó un hecho histórico no solamente a nivel futbolístico por la contundente victoria de Colombia sino también porque, con sus tres penales errados, Martín Palermo ingresó en los récords Guiness. “Fue lo peor que me tocó vivir dentro de una cancha”.
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