Por Ivanna Roytman
Una multitud intenta entrar a la cancha de Boca. Hacen pasar por grupos a la gente para no saturar los ingresos, que igualmente están saturados. ¿Es el Superclásico?, ¿Boca Sale campeón? Nada de eso. Una persona. Un hombre. Un goleador. Un superhéroe. El. Martín Palermo, es la única razón de este lío.
Camisetas, banderas, carteles, todo es para él, todo lleva un solo nombre grabado y es el suyo. Algo distinto se respira en el aire, un clima festivo y nostálgico al mismo tiempo. Una alegría inmensurable y una tristeza escondida se cruzan en el interior de cada uno de los presentes. Todos lo quieren a él, están ahí por y para él, pero en definitiva no quieren que la noche transcurra. Se les va el "9", un ídolo.
Los hinchas cantan, lo aclaman. Ingresa la “12” y comienza el repertorio. Es distinto al de siempre. Hoy es dedicado a un único ser humano. “Muchas gracias Palermo, muchas gracias Palermo” parece ser el hit de la noche, acompañado de los clásicos “Palermo, Palermo” y “Aplaudan aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Palermo que ya van a venir”.
Sale Boca a la cancha, un 9 resplandeciente de color dorado en su espalda enloquece a un estadio colmado, repleto de hinchas xeneizes y vaya a saber si de cualquier otro club que se hayan filtrado. Todos lo quieren ver en vivo, nadie se quiere perder la última noche del “Loco” en "su casa". Palermo levanta la mano, la mueve para un lado y para el otro. Saluda y el mundo lo saluda a él. El principio del adiós para el templo de sus goles. Para el público que más lo conoce.
Puntapié inicial y empezó el juego. El último para él. El último en la inolvidable “Bombonera”, en lo que a Martín Palermo se refiere. Los locales buscan, intentan, van para adelante, desbordan, tiran el centro. Quieren el gol, quieren ganar, pero con las mismas ganas añoran el tanto de su capitán.
“Gooooooooollll”. El grito aturde a la bandeja que alberga a los hinchas de Banfield, privilegiados que asistieron a una función especial. Se abrazan, con el de la derecha, con el de la izquierda, el de arriba, el de abajo. La gente enloquece, la euforia es incontrolable. “Paleeermo, Paleeermo”. No, el gol no fue convertido por él, pero no importa, el “Mundo Boca” lo aclama. La fiesta va encaminada a ser un éxito.
Faltan pocos minutos, las miles de personas que se juntaron para vivir un momento histórico están festejando lo que va a ser un triunfo de Boca. Igualmente, siguen esperando el ansiado gol. Una jugada inesperada los deja a todos con la boca abierta, Banfield empató el encuentro.
Finalizaron los 90 minutos, el resultado fue malo, todos lo entienden así. “Jugó bien” comentan los plateistas. Para ellos, Boca mereció ganar y “por culpa del arquero” la fiesta no es completa.
Aún así, nadie se mueve, nadie atina a abandonar la butaca (o el escalón). Ahora viene lo importante, el gran momento. El momento más y menos esperado al mismo tiempo. Los hinchas siguen cantándole a él, con un nudo en la garganta, con varios nudos en la garganta.
Comienza la ceremonia, Palermo ubicado en el centro de la cancha, escuchando atentamente las palabras de Mario Pergolini, el conductor de la fiesta. Video. Canción. Otro video. Otra canción. Lagrimas incontables en infinitos ojos. Nadie quiere que se vaya. Todos lo quieren despedir.
Un día, domingo 12 de Junio de 2011, se llevó a cabo en La Boca , más precisamente en la “Bombonera”, una despedida única, inimaginable. Difícil de superar, por no decir imposible. Un club, sus hinchas, sus jugadores, sus dirigentes, todos despidieron enormemente a un enorme campeón. Adiós Martín Palermo, hasta luego.
Buenisima la nota ivana. vas a ser una gran periodista!. Juli Wasserman
ResponderEliminarZARPADOOO, SOS GROSA AMIGA! SI TE VAS A BRASIL PARA SER PERIODISTA DEL MUNDIAL EN VIVO Y EN DIRECTO, ME LLEVAS?
ResponderEliminarsublime nota para terminar con la hermosa despedida del titan.
ResponderEliminarme dio escalos frios!
grande amiga! Mele.
Es buenísimo eso de mostrar la alegrìa y la tristeza que cosas como las que ocurrieron el domingo a la noche en La Boca nos producen a los hinchas de fútbol, se nota que lo escribe alguien con ese sentimiento...
ResponderEliminar¡Grande Ivanna! Un chico de La Paternal