Por Matías Carusso
El polémico arbitraje de ayer de Saúl Laverni (41 años), quien dirige profesionalmente desde 2004 y es internacional desde 2007, no fue el primero en su carrera como referí. En el partido entre Banfield y Godoy Cruz protagonizó un verdadero escándalo.
Luego de una semana donde Patricio Loustau fue duramente acusado por los fallos en el Superclásico, esta vez la posta la tomó Laverni, quien en el partido de ayer no sancionó un gol legítimo y no cobró un penal para Godoy Cruz. “Parece que hay que salir a llorar para ganar los partidos”, dijo una vez finalizado el partido Diego Villar, a quien ni el árbitro ni el primer asistente, Ariel Bustos, le sancionaron el gol.
Sin embargo, uno de los antecedentes más resonantes se remonta al 2008. Luego de un Gimnasia de Jujuy – Argentinos, el presidente jujeño, Raúl Ulloa, presentó la renuncia a su cargo por sentirse discriminado por el juez. “No quiero saber más nada de estar en una cancha y saber que dirige Laverni”, dijo ofuscado, tras el 1 a 1 final. Y agregó: “Esta persona nos trató de bolivianos en un partido contra Independiente”.
A fin de aquel año, en el triangular que consagró campeón del Apertura a Boca, Laverni fue acusado de recibir dinero por parte del club de la Ribera para perjudicar a San Lorenzo en el partido con Tigre, disputado en el Amalfitani.
Además, en este campeonato tuvo una actuación polémica en el partido por la décima fecha entre Estudiantes y Olimpo, donde no cobró un penal a favor del equipo de La Plata. Mientras que dos fechas antes había sido parado tras un flojo desempeño en el partido entre Racing y Tigre, cuando expulsó a Lucas Licht y Luis Fariña, ambos volates de la Academia.
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