viernes, 13 de mayo de 2011

El capítulo más triste en la historia de San Lorenzo

Por Nicolás Bettio


San Lorenzo descendió de la Primera División tras perder con Argentinos Juniors por 1 a 0, en la última fecha del Metropolitano de 1981. Luego de 50 años, el mito que sostenía que un grande nunca iba a jugar en la B se había roto.

Por esas cosas del destino les tocó enfrentarse en la última fecha del Metropolitano. Tanto San Lorenzo como Argentinos Juniors se jugaban la permanencia en la Primera División y sólo un punto los separaba en la tabla de posiciones. El club de Boedo tenía 28 unidades, mientras que el de la Paternal 27.

Desde 1931, cuando se profesionalizó el fútbol argentino, nunca un equipo de los denominados grandes había descendido y, según se creía, ésta tampoco iba a ser la excepción. De todas maneras, el 15 de agosto de 1981 el estadio de Ferro fue testigo de un hecho sin precedentes hasta ese momento.

Mientras lejos de allí el Boca de Diego Maradona se consagraba campeón, San Lorenzo comenzaba mejor el partido y, a los 15 minutos del primer tiempo, el árbitro Carlos Espósito señaló penal en favor del conjunto dirigido por Juan Carlos Lorenzo. Emilio Delgado asumió la responsabilidad, pero él no sería el héroe de la tarde: el arquero uruguayo Mario Alles no solamente contuvo el penal sino que desvió el rebote.

Cerca del final de la etapa inicial, Espósito sancionó otra falta dentro del área, pero esta vez para el equipo de La Paternal. Carlos Salinas sí acertó desde los 12 pasos y le dio la ventaja a Argentinos.

En el segundo tiempo los nervios invadieron los jugadores de San Lorenzo quienes, en el entretiempo, decidieron cambiar su camiseta titular, por la suplente blanca, en busca de un amuleto que les modifique su suerte. Sin embargo, el resultado no se alteró: victoria 1 a 0 para el conjunto de La Paternal, y el primer descenso de un equipo grande.

Lágrimas en las tribunas y en el campo de juego. El estadio, en silencio, albergaba un ambiente de incredulidad ante lo sucedido. San Lorenzo jugaría la siguiente temporada en la segunda división. Un amargo privilegio al que, luego, se le sumaría Racing.

Por su parte, los jugadores de Argentinos festejaron la pérdida de categoría de San Lorenzo casi tanto como el subcampeonato logrado el año anterior. Es que, finalmente, las suspicacias y los supuestos acuerdos para favorecer a los equipos grandes se habían terminado. Los hinchas recuerdan lo sucedido como un “verdadero milagro”: la historia, después de 50 años, se había modificado.

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