Amor de un lado, odio del otro

Por Nahuel Martínez

Rubén Darío Capria seguramente fue uno de los volantes más talentosos que actuaron en el fútbol argentino en las últimas dos décadas. Dos de los clubes donde pudo desplegar su calidad fueron Racing y Unión, siendo este último con el que tuvo soportar el descenso de 2003 y una enemistad con la hinchada.

Surgido de Estudiantes de La Plata, donde obtuvo en ascenso en 1995, el “Mago” Capria, que tiene ese apodo debido a su pegada exquisita y a su gran visión que tiene para ver el juego, fichó para Racing donde tuvo actuaciones memorables. Las más recordadas fueron un 6 a 4 sobre Boca, donde convirtió tres goles, y una derrota 2-3 con Vélez, donde hizo uno de sus mejores goles de tiro libre.

Debido a sus grandes actuaciones, Capria emigró a México para jugar en el Cruz Azul, pero sólo estuvo seis meses. Volvió al club de Avellaneda pero no logró demostrar el nivel que tenía en la primera etapa, y pasó a Chacarita.

Del “Funebrero” saltó a Lanús y de allí rápidamente a Unión de Santa Fe. “El Mago” no se podía adaptar en ningún club y su rendimiento no era bueno.

En el conjunto de Santa Fe comenzó bien, ya que a través de varios goles y jugadas destacadas se pudo afianzar en el equipo titular. Pero su último año fue muy malo, al igual que todo el equipo, y descendió por primera vez en su carrera a la B Nacional. Luego de esto, Capria pasó al fútbol ecuatoriano debido a su mala relación con la hinchada y con la dirigencia “tatengue”.

Siguió de club en club: del Barcelona de Guayaquil a la Universidad Católica, y de ahí a Newell´s, donde logró lo máximo de su carrera.

En “La Lepra” obtuvo el Apertura 2004, donde jugó 16 partidos y fue una de las figuras del equipo. Se metió a la hinchada en el bolsillo, pero volvió al club donde también era muy querido: Racing Club.

En su tercer pasó por “La Academia”, y con 35 años, tuvo buenas actuaciones pero no pasó de eso. Cuando todos pensaban que su carrera terminaba allí, Capria pasó a Peñarol de Uruguay, y ahí le puso un cierre definitivo a su carrera profesional.