La trayectoria de Martín Palermo está plagada de curiosidades, a tal punto que muchas veces se dijo que su vida era de película, con acontecimientos inolvidables desde sus comienzos hasta el final de su carrera. Todos los años hay algo para destacar de él, como lo fue en la tercera fecha del Clausura 2007, cuando le marcó un gol a Independiente desde atrás de la mitad de la cancha.
Aquella tarde de sábado, 24 de febrero de 2007, Boca visitaba al Rojo, que hacía de local en cancha de Racing por tener su estadio en remodelación, bajo el mando de Miguel Ángel Russo y llegaba en tercera posición detrás de Arsenal y River, los únicos que obtuvieron las seis unidades en juego previamente.
El local, dirigido entonces por Miguel Santoro, comenzó en ventaja con un gol de Emiliano Armenteros y la mantuvo hasta el final de la primera parte, cuando a los 42 minutos empató para los visitantes Neri Cardozo, quien tenía una estadística que la favorecía, ya que cada vez que Cardozo marcaba, boca ganaba. Un minuto más tarde, el delantero Rodrigo Palacio, quien se encontraba en cancha con un dedo del pie fisurado, enfrentó a Oscar Ustari y definió abajo para dar vuelta el partido.
En la segunda etapa, el partido fue dividido, los de Santoro arriesgaban continuamente para igualar el marcador y sobre el final, precisamente a los 48 del complemento, Rodrigo Díaz pasó la mitad de la cancha y quiso tirar un pelotazo al área porque era la última jugada del partido, Palermo lo presionó, la pelota dio en el goleador, quien no dudó en tirar el pelotazo al arco como sacándosela de encima para que se termine el partido, la pelota viajó perfectamente por el aire y se coló por detrás de Ustari, quien la miraba y recibía el balón de un alcanza pelotas para reanudar rápidamente el juego.
Ni el relator, ni los hinchas Xeneizes, ni los del Rojo e inclusive Martín Palermo podían creerlo, Boca liquidaba el encuentro con un golazo y otro capítulo más para la película del Titán, justo en el fin de semana de la entrega de los premios Óscar en Hoolywood.
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