martes, 7 de junio de 2011

El obstáculo que si pudo con Palermo

Por Joaquín Díaz



Martín Palermo es un goleador implacable. Su extensa lista de goles y de víctimas lo convierte en un jugador temido a la hora de defender, lo que obliga a los técnicos rivales a ajustar sus defensas para tratar de impedir que tenga alguna chance de llegar al gol. Su habilidad para estar en el momento exacto donde la jugada lo requería lo convirtió en un  jugador casi imparable. Sin embargo, hubo alguien (mejor dicho, algo) que si logró detener al delantero, al menos por un largo tiempo que debió permanecer alejado del área rival. No fue ningún jugador, ni arquero, ni entrenador sino que se trató de… una pared, que cayó encima de él en uno de sus tantos festejos.


El 29 de noviembre de 2001 el Villarreal visitó al Levante por los dieciséisavos de final de la Copa del Rey en España. En ese entonces, Palermo vestía la camiseta número 9 del “submarino amarillo” y fue designado como titular para dicho partido. Tras un empate sin goles en los 90 minutos reglamentarios, se debió jugar un alargue para decidir quién enfrentaría al Sporting en la próxima ronda. En el minuto 8 del primero de los dos tiempos extra, el Loco capturó un rebote luego de que un defensor rival despejara la pelota en la línea y con un fuerte zurdazo desde la puerta del área chica anotó el primer tanto del encuentro a pesar del esfuerzo del arquero, que llegó a desviar la trayectoria del balón aunque no lo suficiente para evitar el gol.

Tras ver como el balón entraba, el goleador salió corriendo hacia la tribuna visitante, ubicada detrás del arco donde acababa de marcar, para abrazarse con algunos de los simpatizantes del Villarreal que allí esperaban. Sin embargo, lo que parecía ser un simple festejo terminó siendo uno de los momentos más difíciles y recordados en la carrera de Palermo. Es que la valla publicitaria cedió debido al peso de los aficionados y cayó sobre el delantero, que no pudo salir a tiempo y recibió el impacto sobre su pierna derecha.

Inmediatamente se detectó que se trataba de algo grave, ya que los médicos retiraron al jugador envuelto en una frazada y lo trasladaron rápidamente al hospital más cercano. Una vez consumada la victoria del Villarreal (4 a 3 por penales luego de que el encuentro finalizara 1 a 1) se le realizaron estudios y el diagnóstico confirmó la gravedad de la lesión: una doble fractura de tibia y peroné que apartó al Loco de las canchas por medio año. Esta fue la segunda vez que el 9 debió estar inactivo por tanto tiempo, ya que en 1999, en un partido entre Boca y Colón, una rotura de ligamentos en la misma pierna lo había obligado a reposar por ocho meses.

Tras recuperarse de la lesión, Palermo nunca pudo volver a ganarse el lugar en el “submarino amarillo” y debió dejar el club. En general, su paso por España no fue bueno, ya que tras dejar el Villarreal en 2003 estuvo en el Betis y en el Alavés, aunque sólo anotó 4 goles en 25 encuentros disputados con ambas camisetas. Sin embargo, luego de esta breve estadía en Europa volvió a Boca, donde encontró su mejor nivel y terminó de cementar su lugar entre los grandes goleadores en la historia del fútbol argentino.

El gol y el momento de la lesión

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