Por Ian Bastardo Sosa
Cuando Juan Pablo Pompei pite el inicio del partido entre Newell´s y San Lorenzo en el Parque de la Independencia, Diego Mateo, volante del equipo local, buscará cumplir con la ley del ex al enfrentar a la institución de la que fue parte en la temporada 2005-2006.
Casualmente, el equipo de Boedo fue el rival y el estadio Marcelo Bielsa, el escenario el día en el que Mario Zanabria, ex técnico de la Lepra, hizo debutar a Mateo en la Primera División. Su presentación no fue en el mejor contexto, ya que San Lorenzo goleó por 3-0 el 30 de mayo de 1997.
Tras 92 partidos con la camiseta rojinegra, en los que convirtió cuatro goles, el mediocampista viajó a Italia para sumarse a las filas del Lecce en la temporada 2001-2002. Apenas pudo jugar ocho partidos en ese club y, un año después, emigró a Santander para vestir la camiseta del Racing español, con la que logró la continuidad deseada. En total, fueron cuatro temporadas y 110 partidos con esa casaca.
En el verano europeo de 2005, recaló en Valladolid, donde tuvo un breve paso y sólo disputó 18 partidos. Ese mismo año, se produjo el retorno a Argentina, para incorporarse a San Lorenzo.
El aguerrido volante defendió en 26 partidos la casaca azulgrana, durante los procesos de Gustavo Alfaro y Oscar Ruggeri en el banco de los suplentes. Luego de cumplir un discreto papel, hizo las valijas nuevamente y retornó a España, aunque esta vez su destino fue el modesto Hércules.
Sólo un año duró su segunda aventura en el Viejo Continente y, en la antesala del Apertura 2007, fue contratado por Gimnasia de Jujuy. El pelilargo futbolista permaneció dos temporadas en el Lobo y, tras 58 partidos y un gol, regresó a su viejo amor, Newell´s, para afrontar el Clausura 2010.
El blondo jugador de 32 años no puede celebrar un tanto desde 2008, aún no marcó desde su vuelta a Rosario y el próximo sábado contará con la chance de romper su sequía justo ante un viejo conocido, San Lorenzo.
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