martes, 7 de junio de 2011

Los delanteros con más historia

Por Matías Carusso


A lo largo de la historia de Boca, han pasado innumerables cantidad de atacantes que dejaron su huella en el club de la Ribera. Sin embargo fueron pocos los que, gracias a su rendimiento, perduraron en el puesto. Además de Martín Palermo, quien jugó 11 temporadas, Ley del Ex te presenta cinco delanteros que vistieron la azul y oro durante más de nueve años.

“Mi nombre se pronuncia Cherro”, fueron las primeras palabras del joven que en 1926 había arribado a Boca proveniente de Sportivo Barracas. Para todos era “Cabecita de oro”, en relación a su potencia y buen juego aéreo. Sin embargo, Roberto Cerro es recordado por haber sido, hasta abril del año pasado, el máximo goleador xeneize. Fueron 13 años consecutivos (1926-1938), donde, entre el amateurismo y el profesionalismo, anotó 218 goles y obtuvo cinco campeonatos.

Detrás de Cherro y Palermo se encuentra Francisco Varallo, autor de 194 tantos en 222 encuentros. Apodado “Cañoncito” por su baja estatura y una excelente pegada que lo caracterizaba, el delantero surgido de Gimnasia La Plata confesó: “No quería ir a Boca porque en Gimnasia me habían salvado del servicio militar”. Sin embargo, en las diez temporadas en el xeneize obtuvo tres campeonatos: 1931, 1934 y 1935.

Ángel Clemente Rojas se desempeñó en Boca entre 1963 y 1971. Durante su etapa como jugador boquense jugó 221 partidos, anotó 77 goles y obtuvo cuatro títulos locales: Campeonato 1964 y 1965 y Nacional 1969 y 1970. “Ese muchachito de gambeta irreverente, dueño de firuletes capaces de deshacer defensas enteras y de generar idolatrías prematuras”, según expresa el suplemento especial que Diario Clarín sacó en 2003 bajo el nombre “Dale Boca”. Un ídolo que se ganó el corazón de los hinchas.

Mario Emilio Heriberto Boyé, apodado “El atómico” por su contextura corpulenta, arranques electrizantes y sus potentes remates, fue un jugador de las divisiones inferiores que vistió la azul y oro en dos etapas, cuando debutó en 1941 hasta 1949 y en su regreso al club para ponerle punto final a su carrera, en 1955. Marcó 112 goles en 208 partidos y se consagró campeón del Torneo argentino en dos ocasiones (1943 y 1944).

El quinto y último es Jaime Sarlanga, quien jugó entre 1940 y 1948 a lo largo de nueve temporadas. Él resultó ser una pieza fundamental en el segundo campeonato que consiguió en Boca, en 1943. En la última fecha, el delantero surgido de Tigre vulneró la resistencia del arquero de Ferro, Sebastián Gualco, en dos oportunidades y decretó el 2 a 0 final con el que Boca le arrebató el título a River. En su etapa en el club de la Ribera obtuvo los campeonatos de 1940, 1943 y 1944, con un total de 115 goles en 193 partidos.

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