Festejos silenciosos contra Estudiantes

Por Lucía Serigos

Durante su paso por Boca, Palermo le convirtió nueve goles al equipo que lo vio debutar en primera división y sus festejos fueron silenciosos pero con el paso del tiempo se notaban las ganas contenidas de gritarlos.

La primera vez que le marcó un gol al Pincha fue en el Apertura 98, cuando Boca ganó 3 a 0. El primer tanto fue convertido por el Loco de penal, cuando la pelota tocó la red se fue caminando hasta la mitad de la cancha con la cabeza para abajo y la mirada hacia el piso, sus compañeros lo abrazaban pero Palermo ni los miraba.

La final del Apertura 2006 fue justamente contra su ex club, para definir quien salía campeón del torneo.  La apertura del marcador estuvo en los pies del Titan, a pesar de ser una final no lo grito pero se notó las ganas que tenía de festejarlo. Se tiró al piso, apretó sus puños y los golpeo contra el césped. Ese día marcó un antes y un después con la gente de Estudiantes.

De a poco el nueve de Boca empezó a festejar un poco más los goles que le convertía a su ex club. En el 2007 marcó en los dos encuentros en los que se enfrentaron.  En el Clausura, en La Plata, fueron tres los goles de Martín. El que más festejo fue el segundo, con una gran sonrisa en su cara le agradeció a Riquelme por la asistencia y se abrazo con sus compañeros. En los otros dos, el primero y el tercero, no hizo gestos.  En el Apertura fue empate por un solo tanto. Palermo hizo el gol y nuevamente no celebró el tanto, agarró la pelota rápido de adentro del arco y corrió a mitad de cancha. 

En el Apertura 2009 se abrazo con sus compañeros y  con los puños apretados miro al banco y después se lo dedico a Abondanzzieri, que le había hecho el pase para marcar el gol. En el Clausura 2010 fue la vez que se lo vio festejar más un gol contra los Pinchas. Luego del penal ejecutado se beso el tatuaje donde tiene el nombre de su hijo y estiro la mano derecha señalando a todos los hinchas de Boca que lo aclamaban.