Por Leonel Lía
Marcelo Gómez, aquel volante central que ganó todo en la época dorada de Vélez, en los ’90, pasó también por Gimnasia de La Plata y es otro de los jugadores que dejó su huella en las dos veredas de estos equipos, que se verán las caras este domingo a las 16.
Gómez ocupó el puesto de volante derecho en sus comienzos hasta que una vez llegado Carlos Bianchi a la dirección técnica del club, el Negro Gómez se adueñó de la casaca número cinco y, por lo tanto de ese puesto, para no dejarlo jamás.
Su juego lo caracterizaba por ser un mediocampista aguerrido para la recuperación de la pelota y con muchos recursos para manejarla y distribuir el juego en la zona central del campo.
Además, ingresó en la historia grande de la institución velezana por conformar los equipos que ganaron la mayor cantidad de títulos y los más importantes de toda su existencia.
Entre ellos, obtuvo dos Clausuras, en 1993 y 1996 y un Apertura en 1995 en el ámbito local y a nivel internacional se hizo en su haber con la Libertadores de 1994, la Intercontinental que le ganó al Milan en ese mismo año, la Copa Interamericana de 1996, la Supercopa ’96 y por último la Recopa de 1997.
Entre otros, el Negro compartió la mitad de la cancha con compañeros como Cristian Bassedas, actual manager del club, Guillermo Morigi, José Basualdo, Patricio Camps y Roberto Pompei.
Su paso por el Lobo se dio en el 2000 y si bien no consiguió ningún título, también se lo recuerda por integrar el plantel que finalizó en la segunda colocación del Apertura junto con River y detrás de Boca, campeón del certamen al mando de Bianchi.
En el elenco de La Plata su entrenador fue Carlos Griguol, disputó 34 partidos en los que marcó cinco goles y compartió plantel con jugadores como Enzo Noce, Leandro Cufré, Martín Pautasso, Mariano Messera, Pedro Troglio, Claudio Enria y Facundo Sava.
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