En esos resultados, los xeneizes marcaron 230 goles y recibieron 178. No obstante, durante el período de 1982 a 1986, el combinado rosarino consiguió una importante ventaja en el historial al mantener 11 partidos sin sumar ninguna derrota, con cinco triunfos y seis empates.
A pesar de la ventaja en el historial, Boca sufrió bastante en la historia cuando se enfrentó con Newell´s. El primer partido entre ellos ocurrió el 7 de mayo de 1939 en el Parque Independencia con victoria por 2 a 1 de los rojinegros.
La máxima goleada por parte de los de azul y amarillo fue en el Metropolitano de 1973, cuando lo vapuleó por 6 a 1 en la Bombonera. En cuanto a los rosarinos, ocurrió en el campeonato de 1987/1988 jugando como local el xeneize y como resultado final un 5 a 1.
Un resultado poco esperado
Durante la temporada 1985/1986, Boca y Newell´s disputaron la final de la Liguilla, en dos partidos, ida y vuelta para definir el equipo que jugaría la Copa Libertadores de ese semestre. En el primer enfrentamiento, la Lepra se llevó una gran victoria por 2 a 0, con tantos de Gerardo “Tata” Martino.
En ese contexto, Boca debía viajar a Rosario para disputar el partido de vuelta que consagraba al campeón y, según indicaba los números, tenía muy pocas chances de llegar al título. No obstante, la suerte estuvo a favor del xeneize y en un partido plagado de emociones dio vuelta el resultado pese a comenzar el encuentro en desventaja, debido al gol de Arnaldo Scialle en el primer tiempo.
No sólo el encuentro estuvo lleno de goles, sino también de expulsiones. En el local vieron la roja Gerardo Martino, Juan Manuel Llop y Jorge Pautasso mientras que en la visita los expulsados fueron Enrique Hrabina, Jorge Higuaín y Guillermo Hoyos.
Finalmente, Boca dio vuelta el resultado gracias a los goles de Alfredo Graciani y Gustavo Torres, quienes convirtieron en dos ocasiones para sellar el resultado por 4 a 1 y consagrarse campeón.
Sin embargo, hubo un episodio que quedó en muchas de las cabezas de los hinchas de Rosario Central, ya que Claudio Scalise, jugador de Boca en ese momento e hincha fanático del canalla, mostró la camiseta de su equipo que tenía debajo de la que vestía en medio de la vuelta olímpica para gritarle el triunfo al público leproso que estaba en el estadio.
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