Por Santiago Albasi
Los hinchas del fútbol argentino suelen ser muy efusivos. Sobre todo los del ascenso: los pocos metros que separan al campo de juego de las tribunas permiten que exista una interacción entre los simpatizantes y los jugadores, los propios y los contrarios.
Para los jugadores, tener cerca a su gente puede ser un arma de doble filo: si bien sienten más el aliento, también están expuestos a escuchar los insultos provenientes de los tablones. Esto fue lo que le pasó a Franco Dolci, el volante de Chacarita, en el final del partido que el conjunto de San Martín perdió por 3-0 ante Gimnasia de La Plata.
Durante el segundo tiempo, Dolci se movió por el carril derecho, que está pegado a la única platea de la cancha de Chacarita. Su desempeño en el complemento no conformó al público y, luego de una serie de centros mal ejecutados, los hinchas explotaron contra el ex mediocampista de Newell's, quien no pudo evitar mirarlos de manera desafiante.
Una vez terminado el encuentro, los jugadores se dirigieron a la manga para abandonar el campo de juego y unos 15 hinchas, encabezados por un plateista de campera negra, insistieron con los agravios hacia el volante cordobés, que esta vez respondió con gestos ofensivos a los agresores.
El número ocho del equipo de Héctor Rivoira se mostró arrepentido al salir del vestuario: “Me equivoqué. Yo no tiro mal los centros a propósito. Si alguien se sintió tocado por algún gesto que yo hice, le pido mil disculpas, porque yo por la gente de Chacarita siento un aprecio muy grande”, sentenció Dolci.
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