domingo, 14 de agosto de 2011

El tucumano Albrecht, pincha y matador


 Por Ian Bastardo Sosa


Infalible en los penales y temible en el área rival. José Rafael Albrecht no sólo fue un férreo marcador central, sino también se destacó por su capacidad ofensiva, al punto que, con sus 95 tantos, se mantiene como el séptimo defensor más goleador de la historia del fútbol mundial.

Nacido en San Miguel de Tucumán en 1941, Albrecht comenzó su carrera en Atlético de esa ciudad compartiendo equipo con otros jugadores luego también reconocidos como Hugo Canceco y Juan Carlos Cárdenas.  A los 19 años, pasó a Estudiantes de la Plata para meterse de lleno en el fútbol grande.

70 partidos disputó en el conjunto de La Plata y su buen rendimiento hizo que fuera convocado a la selección argentina – integró el plantel en el Mundial de Chile 1962-  y que San Lorenzo se fijara en él. Así, llegó a Boedo a cambio de 10 millones de pesos y rápidamente se convirtió en referente del equipo azulgrana, donde brilló durante siete temporadas.

Junto a figuras como Héctor Veira, Fernando Areán, Horacio Doval, Victorio Casa, entre otros, formó parte de “Los Carasucias”, un equipo que, pese a no conquistar ningún título, es recordado por el fútbol ofensivo, desfachatado y estético que plasmaron en la cancha ese grupo de jóvenes que fueron la semilla de los inolvidables Matadores.

En 1968, Albrecht fue el segundo marcador central en el primer campeón invicto del profesionalismo criollo. La defensa dispuesta por el entrenador brasilero Tim salía de memoria: Villar, Calics, Albrecht y Rosl.  4 goles aportó el tucumano en esa campaña arrolladora que desembocó en el festejo en la cancha de River luego de ganarle 2 a 1 a Estudiantes.

Tras disputar 229 goles y anotar 55 tantos en el cuadro azulgrana entre 1963 y 1970, se mudó a México para vestir las camisetas de León, con el que conquistó dos ligas y una supercopa, y Atlas, donde se retiró en 1975.

El tucumano no sólo desplegó su talento a nivel local, ya que fue un habitué de las convocatorias a la selección nacional, tanto que a mediados de la década de 1960 se adueñó del puesto compartiendo zaga con Roberto Perfumo y acompañado por Ferreiro y Silvio Marzolini en los laterales.  De esta manera, integró el plantel en la Copa del Mundo de 1966, en la que Argentina cayó frente a Inglaterra en cuartos de final.

Una de las características por las que más se lo recuerda es por su facilidad para ejecutar penales, casi sin tomar distancia y con una altísima efectividad. En su trayectoria, marcó 30 penales y dos de ellos fueron ante Bolivia y Perú en las eliminatorias para el Mundial de 1970, al que Argentina finalmente no pudo acceder. 

Las circunstancias no lo intimidaban: “En La Bombonera, cuando Argentina le ganó a Bolivia y empató con Perú debí ejecutar dos penales casi calcados. Yo daba un paso y miraba de reojo a los arqueros; llegaba a la pelota y le daba fuerte, al palo opuesto al movimiento de ellos. Los arqueros me habían estudiado y ninguno se movía. Entonces, di dos pasos y en el último cambié la decisión, pegándole fuerte a media altura. Los dos remates, con diferencia de una semana y con 60.000 almas empujando, al final entraron. Pero no alcanzó y quedamos fuera de México 70”

En la previa del partido entre San Lorenzo y Estudiantes del Apertura 2010, Albrecht fue homenajeado en el Nuevo Gasómetro y un sector de la platea sur fue bautizado con su nombre ante la ovación de todos los presentes.

1 comentario:

  1. Que jugador!!! habia que animarse a ejecutar esos dos penales maestro uno para ganar a Bolivia y el otro cuando ibamos perdiendo con Peru 1 a 0 y hasta ahi afuera del mundial de 1970, aunque finalmente el 2 a 2 tampoco alcanzo. Hoy no existe ese tipo de jugador la Seleccion Argentina no tiene uno ni siquiera parecido a Albrecth. Lo extrañamos maestro!!!!

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